Necesito hablar con vos.... Por Claudia Porzio Giusto

30.10.2024

Esta es la experiencia de un hombre sobre la comunicación dentro del matrimonio:

                     Me comentaba lo importante que era para él dialogar con su esposa sobre aspectos cotidianos de su trabajo, problemas, distintas situaciones que le tocaba vivir, etc. Me pareció muy interesante su actitud sobre todo porque su trabajo como policía lo expone a infinidad de estímulos externos con lo cual de no tener un centro de gravedad bien establecido, le sería difícil mantenerse en esa postura de respeto hacia la relación matrimonial. También me explicaba que en la actualidad, ya no existen los valores que en otras épocas, tanto nos inculcaron nuestros padres. A esa altura de la conversación, yo estaba más que sorprendida y mientras él me seguía diciendo que el problema de la delincuencia y de los jóvenes es por la carencia de enseñanzas en la familia, yo iba apoyando sus ideas al mismo tiempo que hacía una regresión a mi niñez y adolescencia, recordando que todo aquello que me provocaba rebeldía, es lo que de adulta me ayudó a transitar el camino de la vida.  

                        Esa persona mencionó una palabra muy importante "los valores". Alguien que tiene valores y los aplica en el diario vivir, se compromete a respetar a la otra persona en todos los aspectos de la convivencia, en las buenas y en las malas, sobretodo en las malas porque cuando la pareja está desarmonizada, ahí todo molesta, cada uno está por su lado y los silencios se hacen interminables. En esos momentos es cuando más hay que hablar, hasta incluso discutir si es necesario; de nada sirve que la mujer comente lo que le pasa con sus amigas y el hombre con sus amigos ya que al volver a casa todo sigue igual de tenso. 

                       Hay un punto que atenta contra el diálogo y es "reprimir por miedo a" (a que no le guste, a que se enoje, a que no me hable, etc, etc) En realidad el mayor miedo es "que no me quiera por decir lo que siento y pienso"; pero entonces,… no puedo ser yo. Tengo que ser algo que encaje en el molde de las preferencias ajenas en desmedro de mi mismo/a. Este miedo puede haber surgido en la infancia cuando queríamos expresar algo y la respuesta era una reprimenda o en el caso de autoritarismo de uno o ambos padres, aprendimos mecanismos de ceder para no perder el afecto. 

                          El ser humano es un animal de costumbre, al principio le cuesta aprender algo nuevo pero en cuanto ve que puede hacerlo, lo intenta otra vez y lo hace cada vez con mayor seguridad. Así debe ser la comunicación: al principio será como salga hasta que encontremos formas más sanas de ir expresando lo que nos pasa.

                          La comunicación es todo un arte y para el dominio de cualquier arte, se necesita practicar una y otra vez. Requiere el desafío de aplicar empatía, tolerancia, paciencia, aceptación, ver sólo lo bueno en vez de los defectos, expresión tranquila pero firme de lo que pienso (tal como lo hacían los ingleses de la era victoriana; se decían de todo sin perder las formas), ufff, es interminable la lista. 

                        En PNL (Programación Neurolingüística), aprendí una técnica, "Modelado Externo" e implica buscar una persona que sirva de modelo de las virtudes y características positivas que quiero incorporar. Entonces voy a observar qué dice y cómo lo dice.

                       El paso del tiempo y la autobservación, también va dando cierta sabiduría para el manejo y expresión de las emociones.

                         La comunicación eficaz es una materia pendiente que todo ser humano, en algún momento, tendrá que aprobar.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar